AGRICULTURA FANTASMA
(Cultivo Ilimitado de Recursos)
2018
Tapices de algodón egipcio tejidos a mano mediante la técnica textil «Kheimeya».
Exposiciones:
‘Submerged - on Rivers and their Interrupted Flow’, CIC Cairo, El Cairo, 2018.
‘Haerf-Est’, CCA Derry, London-Derry, Irlanda del Norte, 2019.
‘Accumulation by Dispossession’, Delfina Foundation, Londres, 2019
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Este proyecto toma prestado parte de su título (Cultivo Ilimitado de Recursos) del videojuego Tom Clancy’s Ghost Recon Wildlands, perteneciente al género “mundo abierto”. Este tipo de juegos electrónicos permiten que los jugadores desarrollen la partida de acuerdo con sus propias ambiciones y deseos, ignorando el objetivo principal del juego. Como si de una trama de “mundo abierto” se tratase, podemos aproximarnos a la situación actual de la agricultura en Egipto, que parece ser conformada precisamente por un conjunto desarticulado de intereses y deseos, ignorando el bien común.
Una vista de pájaro del país, revela una geometría parlante, que nos habla tanto de las condiciones económicas y productivas de pequeños campesinos, como de la agroindustria y del gobierno central.
Cualquier imagen satélite de las tierras aledañas al río Nilo y a su delta, nos muestra un crisol de minúsculas explotaciones agrícolas, de menos de 100 metros cuadrados con forma rectangular. Estas son las tierras de las que viven los 4 millones de pequeños campesinos egipcios, y producen principalmente para abastecer la demanda nacional de alimentos.
Cuando uno se aleja de la ribera y se adentra en el desierto, se encuentra con una serie de círculos de gran magnitud, con un promedio de 2’5 kilómetros de radio. Estas explotaciones agrarias que pertenecen a los agronegocios y al gobierno, producen principalmente para exportar al mercado internacional.
El proyecto “Agricultura fantasma” es una reflexión sobre cómo las geometrías de estos dos modos de agricultura evidencian la disputa por los recursos naturales y económicos.
La forma rectangular de las pequeñas explotaciones, obedece a las particiones que se han ido haciendo de las tierras que Nasser entregó a los campesinos, como parte de la reforma agraria revolucionaria. Cada campesino, a su muerte, dividió la tierra en base al número de hijos varones.
Cada cultivo se abastece de agua siguiendo el sistema de riego tradicional por inundación, con agua renovable del Nilo, distribuida a través de los antiguos canales.
La forma circular de las grandes explotaciones obedece a los sistemas de riego por medio de pivots, una tecnología importada, exclusivamente accesible a la empresas con capital inversor.
Cada gran círculo se abastece con aguas fósiles subterráneas pertenecientes en la mayoría de las ocasiones al Sistema Acuífero de Piedra Arenisca de Nubia, un acuífero de aguas no renovables pertenecientes a la Edad del Hielo.
Cultivar en la ribera del Nilo y el delta es posible durante los 12 meses del año y se pueden cultivar todo tipo de alimentos para consumo humano, cubriendo las necesidades de la mayoria de la población.
La tenencia de tierras en propiedad para los pequeños campesinos está sometida a un continuo acoso, violencia y desahucio, o bien a la venta forzada. Éstas también se encuentran amenazadas por la urbanización de las mismas.
Cultivar en el desierto no es posible durante la mitad del año, se gasta más agua por la evaporación y casi no se producen alimentos para consumo humano, sino alfalfa y otros forrajes ganaderos, principalmente para exportar a Arabia Saudita.
La tenencia de tierras en propiedad en el desierto es gratuita para los empresarios que demuestren la capacidad de invertir, el mayor inversor es el propio ejército.
El formato de este trabajo son piezas textiles realizadas con la técnica del “kheimeya”, una forma de artesanía egipcia que ha sido principalmente usada para la creación de carpas y tiendas de campaña.
El imaginario propio del kheimeya va desde los motivos campestres con ilustraciones de animales y plantas, hasta los dibujos de geometrías puras con vinculación a los textos sagrados islámicos.
La primera pieza muestra un mapa a escala donde aparecen superpuestas las dos formas de agricultura; en positivo el entramado de multitud de minifundios campesinos y en negativo el espacio que ocuparían las macro-explotaciones agrarias si se colocasen encima de las pequeñas tierras.
La segunda pieza muestra la cantidad de pequeñas explotaciones agrarias que cabrían dentro de uno de estos círculos de macro-explotación.
